Te saludo, misericordiosísimo corazón de Jesús, viva fuente de toda gracia, único amparo y refugio nuestro, en ti tengo la luz de la esperanza.
Te saludo, corazón piadosísimo de mi Dios, insondable, viva fuente de amor, de la cual brota la vida para los pecadores, y los torrentes de toda dulzura. Te saludo, herida abierta del sacratísimo corazón, de la cual salieron los rayos de la misericordia y de la cual nos es dado sacar la vida, únicamente con el recipiente de la confianza. (D 1321)
Acudo a tu misericordia, Dios compasivo, ya que sólo tú eres bondad. Aunque mi miseria es grande y mis ofensas numerosas, confío en tu misericordia porque eres Dios de misericordia y desde tiempo inmemorial nunca se ha oído, ni el cielo ni la tierra recuerdan que un alma confiada en tu misericordia, haya quedado decepcionada.
(D 1730) Deseo transformarme en tu misericordia y ser un vivo reflejo de ti, oh Señor. Que este más grande atributo de Dios, es decir su insondable misericordia, pase a través de mi corazón y mi alma al prójimo. (D163)
Jesús, dame la inteligencia, una gran inteligencia sólo para que pueda conocerte mejor; porque cuanto más Te conozca, tanto más ardientemente Te amaré. Jesús, Te pido una inteligencia poderosa para que pueda comprender las cosas divinas y elevadas... Capacita mi mente con Tu gracia especial... (D 1474) Oh Espíritu de Dios, Espíritu de verdad y de luz, vive en mi alma constantemente con Tu gracia divina. Que Tu soplo disipe las tinieblas, y que las buenas obras se multipliquen en Tu luz. (D 1411)
Deseo cansarme, trabajar, anonadarme por nuestra obra de salvación de las almas inmortales. No importa si estos esfuerzos acortan mi vida, dado que ella ya no me pertenece, porque es la propiedad de la Iglesia. Por la fidelidad a la Comunidad deseo ser útil a toda la Iglesia. (D 194) Oh Jesús, Te ruego, concédeme la gracia de cumplir fielmente con la santísima voluntad de Tu Padre, en todas las cosas, siempre y en todo lugar. Y cuando esta voluntad de Dios me parezca pesada y difícil de cumplir, es entonces que Te ruego, Jesús, que de Tus heridas fluyan sobre mí fuerza y fortaleza y que mis labios repitan: Hágase Tu voluntad, Señor. Concédeme la gracia de olvidarme de mí misma para que pueda vivir totalmente por las almas, ayudándote en la obra de salvación, según la santísima voluntad de Tu Padre. (D 1265).
Oh Madre de Dios, Santísima María, Madre mía, Tu ahora eres mi Madre de modo más particular y esto porque Tu amado Hijo me ha tomado, pues los dos somos Tus hijos. Por consideración a Tu Hijo, debes amarme, Oh María, Madre mía amadísima, dirige mi vida interior de modo que sea agradable a Tu Hijo. (D 239)
Oh Jesús, dígnate mirar el espíritu de entrega y sacrificio de santa Faustina y recompensa sus virtudes atendiendo las súplicas que a través de ella te presento confiando en ti.
Acto de confiar el Mundo a la Divina Misericordia (Juan Pablo II)
Dios, Padre misericordioso, que has revelado tu amor en tu Hijo Jesucristo y lo has derramado sobre nosotros en el Espíritu Santo consolador, te encomendamos hoy el destino del mundo y de todo hombre. Inclínate hacia nosotros, pecadores; sana nuestra debilidad; derrota todo mal; haz que todos los habitantes de la tierra experimenten tu misericordia, para que en ti, Dios uno y trino, encuentren siempre la fuente de la esperanza. Padre eterno, por la dolorosa pasión y resurrección de tu Hijo, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén.
Te saludo, corazón piadosísimo de mi Dios, insondable, viva fuente de amor, de la cual brota la vida para los pecadores, y los torrentes de toda dulzura. Te saludo, herida abierta del sacratísimo corazón, de la cual salieron los rayos de la misericordia y de la cual nos es dado sacar la vida, únicamente con el recipiente de la confianza. (D 1321)
Acudo a tu misericordia, Dios compasivo, ya que sólo tú eres bondad. Aunque mi miseria es grande y mis ofensas numerosas, confío en tu misericordia porque eres Dios de misericordia y desde tiempo inmemorial nunca se ha oído, ni el cielo ni la tierra recuerdan que un alma confiada en tu misericordia, haya quedado decepcionada.
(D 1730) Deseo transformarme en tu misericordia y ser un vivo reflejo de ti, oh Señor. Que este más grande atributo de Dios, es decir su insondable misericordia, pase a través de mi corazón y mi alma al prójimo. (D163)
Jesús, dame la inteligencia, una gran inteligencia sólo para que pueda conocerte mejor; porque cuanto más Te conozca, tanto más ardientemente Te amaré. Jesús, Te pido una inteligencia poderosa para que pueda comprender las cosas divinas y elevadas... Capacita mi mente con Tu gracia especial... (D 1474) Oh Espíritu de Dios, Espíritu de verdad y de luz, vive en mi alma constantemente con Tu gracia divina. Que Tu soplo disipe las tinieblas, y que las buenas obras se multipliquen en Tu luz. (D 1411)
Deseo cansarme, trabajar, anonadarme por nuestra obra de salvación de las almas inmortales. No importa si estos esfuerzos acortan mi vida, dado que ella ya no me pertenece, porque es la propiedad de la Iglesia. Por la fidelidad a la Comunidad deseo ser útil a toda la Iglesia. (D 194) Oh Jesús, Te ruego, concédeme la gracia de cumplir fielmente con la santísima voluntad de Tu Padre, en todas las cosas, siempre y en todo lugar. Y cuando esta voluntad de Dios me parezca pesada y difícil de cumplir, es entonces que Te ruego, Jesús, que de Tus heridas fluyan sobre mí fuerza y fortaleza y que mis labios repitan: Hágase Tu voluntad, Señor. Concédeme la gracia de olvidarme de mí misma para que pueda vivir totalmente por las almas, ayudándote en la obra de salvación, según la santísima voluntad de Tu Padre. (D 1265).
Oh Madre de Dios, Santísima María, Madre mía, Tu ahora eres mi Madre de modo más particular y esto porque Tu amado Hijo me ha tomado, pues los dos somos Tus hijos. Por consideración a Tu Hijo, debes amarme, Oh María, Madre mía amadísima, dirige mi vida interior de modo que sea agradable a Tu Hijo. (D 239)
Oh Jesús, dígnate mirar el espíritu de entrega y sacrificio de santa Faustina y recompensa sus virtudes atendiendo las súplicas que a través de ella te presento confiando en ti.
Acto de confiar el Mundo a la Divina Misericordia (Juan Pablo II)
Dios, Padre misericordioso, que has revelado tu amor en tu Hijo Jesucristo y lo has derramado sobre nosotros en el Espíritu Santo consolador, te encomendamos hoy el destino del mundo y de todo hombre. Inclínate hacia nosotros, pecadores; sana nuestra debilidad; derrota todo mal; haz que todos los habitantes de la tierra experimenten tu misericordia, para que en ti, Dios uno y trino, encuentren siempre la fuente de la esperanza. Padre eterno, por la dolorosa pasión y resurrección de tu Hijo, ten misericordia de nosotros y del mundo entero. Amén.