Tu Mismo me mandas ejercitar los tres grados de la misericordia. El primero: la obra de misericordia, de cualquier tipo que sea. El segundo: la palabra de misericordia; si no puedo llevar a cabo una obra de misericordia, ayudaré con mis palabras. El tercero: la oración. Si no puedo mostrar misericordia por medio de la oración. Mi oración llega hasta donde físicamente no puedo llegar. Oh Jesús mio, transfórmame en Ti, porque Tú puedes hacerlo todo. (D.S.F. No 163).
Esa fue la consigna que durante la Navidad 2007 acompaño el espíritu de compartir en nuestra comunidad. La iniciativa surge como respuesta al deseo que se ha venido realizando durante los últimos años de compartir un regalo de la Misericordia en Navidad.
Teniendo como antecedente las experiencias de los años pasados, sensibilizando y tocando el corazón de los servidores, y que generosamente se unieron a esta causa; damos gracias a Dios que es Rico en Misericordia porque este año en el compartir de la Misericordia que se realizo en Navidad en nuestra comunidad fue de los servidores para para los servidores que están pasando por situaciones económicas difíciles. El 21 de diciembre se hizo la entrega de los 12 mercaditos.
Teniendo como antecedente las experiencias de los años pasados, sensibilizando y tocando el corazón de los servidores, y que generosamente se unieron a esta causa; damos gracias a Dios que es Rico en Misericordia porque este año en el compartir de la Misericordia que se realizo en Navidad en nuestra comunidad fue de los servidores para para los servidores que están pasando por situaciones económicas difíciles. El 21 de diciembre se hizo la entrega de los 12 mercaditos.
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