Después de la ardua misión como maestra que Dios me concedió durante 40 años, llega otra etapa a mi vida, una etapa como un barco sin timón; pero lo mas importante para mi es que Dios coloca en el camino a una compañera de estudios, quien amablemente me invita a su apartamento y allí encuentro el libro Misericordia día a día sobre la mesa de centro, lo leí, me fascino y ella me compartió todas las bendiciones que el Señor le ha regalado desde que empezó a leer este libro. Me indico donde podía adquirirlo.
De esta manera llegue a la "Casa de la Misericordia" en Febrero del 2006. Mi primera impresión fue de respeto, confianza y sinceridad con todas aquellas personas que me acogieron en ese momento. Pertenezco a la comunidad “Las Monicas y los Agustinos”, que nos reunimos todos los martes en las horas de la noche. Gracias a este grupo he experimentado como la misericordia de Dios ha traído bendición a mi vida, a mi familia y ha respondido en los momentos de dificultad, de enfermedad, en el trabajo para mis hijos y en la dolorosa muerte de mi hermana.
Pertenecer a esta comunidad me ha dado la posibilidad de participar de la eucaristía mensual en acción de gracias a los socios, la hora de la Misericordia, los Seminarios de Perdón y Sanacion Interior; y muchas otras actividades, jornadas de evangelización y Congresos Internacionales de la Misericordia.
Los invito a que visiten este segundo hogar como yo cariñosamente la llamo: Casita de la Misericordia; de igual manera a comprar la edición Noviembre – Diciembre 2008, del libro Misericordia día a día y Misericordia día a día Júnior que en esta oportunidad trae un artículo de Adviento y la Novena de Navidad. Y que nos esta permitiendo integrarnos, ayudar a fortalecer los lazos familiares y los espacios de oración que tanto necesitamos mediante la guía de oración y la reflexión de la palabra de Dios para cada día.
Finalmente invoquemos la presencia de Jesús, adorándolo, alabándolo, y agradeciéndole por todas las bendiciones recibidas como dice Santa Faustina: CON EL TODO Y SIN EL NADA.
De esta manera llegue a la "Casa de la Misericordia" en Febrero del 2006. Mi primera impresión fue de respeto, confianza y sinceridad con todas aquellas personas que me acogieron en ese momento. Pertenezco a la comunidad “Las Monicas y los Agustinos”, que nos reunimos todos los martes en las horas de la noche. Gracias a este grupo he experimentado como la misericordia de Dios ha traído bendición a mi vida, a mi familia y ha respondido en los momentos de dificultad, de enfermedad, en el trabajo para mis hijos y en la dolorosa muerte de mi hermana.
Pertenecer a esta comunidad me ha dado la posibilidad de participar de la eucaristía mensual en acción de gracias a los socios, la hora de la Misericordia, los Seminarios de Perdón y Sanacion Interior; y muchas otras actividades, jornadas de evangelización y Congresos Internacionales de la Misericordia.
Los invito a que visiten este segundo hogar como yo cariñosamente la llamo: Casita de la Misericordia; de igual manera a comprar la edición Noviembre – Diciembre 2008, del libro Misericordia día a día y Misericordia día a día Júnior que en esta oportunidad trae un artículo de Adviento y la Novena de Navidad. Y que nos esta permitiendo integrarnos, ayudar a fortalecer los lazos familiares y los espacios de oración que tanto necesitamos mediante la guía de oración y la reflexión de la palabra de Dios para cada día.
Finalmente invoquemos la presencia de Jesús, adorándolo, alabándolo, y agradeciéndole por todas las bendiciones recibidas como dice Santa Faustina: CON EL TODO Y SIN EL NADA.
Maria Antonia Ordóñez Flórez
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